Generous Country

ecnoyeB tenía una salida. Siempre la misma, pero salida al fin.
Una movida calculada, estudiada al milímetro. No obstante, sabía que estaba lejos de ser infalible.
De hecho, falló más veces de las que la ayudaron.
La disgustó la imagen que le devolvió el espejo. Siempre creyó que sus cachas (perfectas para el resto de los mortales) no hacían honor al fulgor que ella creía poseer en su mirada. Valga el paréntesis, uno de los mejores ortos que un servidor le vió a cualquier ser vivo.
El tema es que cada vez que se lo miraba en el espejo de cuerpo entero que había en el vestidor de su recámara, estaba segura se sentir olor a pedo. Y no precisamente leve. Sabía que era imposible, una alucinación olfativa si es que tal disfunción existe.
ecnoyeB llamó a su amiga annahiR y luego de minutos de charla pretendidamente casual dijo:
-¿Me aguntás un toque? - y sostuvo el móvil a la altura del culo. Se aseguró de no estar emanando nunguna clase de fluido corporal y al cabo de unos segundos retomó la charla.
Al otro lado de la línea se escuchó: " Que bando a orrrrto!"
Colgó rápidamente y accionó el botón oculto en la consola de mandos de su escritorio. Todavía ofuscada por el resultado de su experimento, se paró rápidamente y se arrojó por el orificio circular que se abría a metros de sus pies rumbo a su laboratorio secreto, de gruesas paredes de concreto.

siamo fuori

Piotr tiró de la línea de vida que lo conectaba a la estación.
El cablerío arramillado flotaba descontrolado, saltando exageradamente a cada impulso de Piotr al rodear la unidad 5. "Un poco más" pensó. Después de 6 meses en la estación espacial se había acostumbrado a no pensar en esa negrura ingrávida e infinita que lo rodeaba. Se enfocaba en lo doméstico, lo inmediato: el almuerzo, la siesta, una partida de ajedrez con Jurgen, una charla tribial con Irina, la oficial científica. No pensar en el espacio. Hacer como si aún estuviera en la tierra. Como ahora: enfocarse en llegar al ventanuco de la unidad 5. "Ya veo titilar la luz que sale a través de ella. Más alla la tierra. Más alla el sol. Y la negrura eterna. No hacer ruido sobre la superficie metálica. Faltan 20 centímetros! Ya está!"
Piotr suspendido en el espacio se asoma a la ventana de la habitación de Irina. Para ver al fín ese par de tetas que se le adivinaba debajo de la ropa de fajina. Tetas como ojivas nucleares, como esas pústulas jibosas llenas de luz que colgaban de las paredes en Chernobyl. Irina duerme. Ver ese culo primoroso, que solo crece a la sombra de los Cárpatos! Irina en bolas! La blanca gloria de toda esa carne de tono olímpico, el cuello como un chorro de humo, como un arco de plasma. Irina en pelotas! Que me importan las constelaciones! El pelo negro cortado a la altura de los hombros, como el humo ponsoñozo que peinaba los médanos en Qatar. Irina. La explosión solar de su vagina! Irina.
Después de unos minutos Piotr tembló brevemente, encaramado sobre la ventana de la U5.
Al espacio no le importó.
Pareció bajar la cabeza encasquetada, y empezó a volver agarrándose del fuselaje. Tan rápidamente como podía, con una sola mano fuera del traje.

La Misa de los Galanes 3

Sólo se conocían por mail.
Apodos. La causa lo requería así (por seguridad).
Los cuatro llevaban una vida ejemplar, cada uno en su área; pero no en una forma que los hicieran destacar demasiado.
Finalmente, la reunión fue necesaria. Yo estaba nervioso. Los demás me conocían como "Trotsky" (fue lo primero que se me ocurrió).
Me abrió la puerta "Saruman". La sorpresa fue mutua, obvia y prolongada. Finalmente estrechamos nuestras manos. Tardé un rato en acostumbrarme a mirarlo a los ojos, talvez por sus escasos metro cuarenta de estatura. El siguiente en llegar fue "Piñón Fijo" o "pfijo" como firmaba sus correos. Por último "Madre Superiora", haciendo gala de la única sonrisa en la habitación, se sentó a mi lado. No, no era una mujer.
Desplegaron planos sobre la mesa. Yo les mostré una presentación de Powerpoint en mi notebook. Discutimos las directivas acaloradamente. Aceitamos detalles. La causa finalmente se haría visible.
Nos congratulamos en silencio. Un timbre corto anunció que la promoción de 3 pizzas surtidas finalmente había llegado.

Me compré un chupetín

La sexta vez que jugué a la Lotería del Niño, usé ese billete. Ése, medio azulón. El que tenía la Marca.
En ese momento no lo creí así, pero seguro fue la señal que necesitaba, si tal cosa existe.
Publiqué en mi Facebook (que) gané y mis solicitudes de amistad se multiplicaron. En ese momento me desesperé. Hice cuentas mentales. Sí, me alcanzaba.
(...)
Zuckerberg dudó un toque, pero el tema con los mellizos Winklevoss se estaba por poner peludo de nuevo, así que me lo vendió. Ahora si, es mi facebook.
Y yo que solo quería ese chupetín...

Gorgona

La mesablancarrriba. de puro lino mantelada.
Un plato al frente, dos copas, cocorosos de metal similplatalpaca. La moza trae ahora en una fuente un generoso plato de verduras grilladas, una lonja de surubí, jenjibre. Me zampo el pescado y debajo encuentro una bola de vello púbico algo colorado. La moza vuelve respondiendo a mi gesto y se queda mirando la bola de pendejos. Agarro los pelos entre dos dedos y me lo meto en la boca. Masticorsereno. Imperturbalagringa disfrazadapose de actrizbailarina. Atragantopiloso le miro la bragueta colijo el matorrocolorao, el alambrillo apelmazado sobre el frunce gorditodelaargosha. Memi rasinver me. Colorada ella en el lomolascejas junto saliva y estiro el cogote tratando de tragar lo máximo as possible. Tosoarcada, no pasa. Me atoro! Me entoro! Pinta la pinga, pujalalluvia. Es tiro lamano. Caigometraen la cuenta. Han agregado la "Sutil encaje de venus de nuestra huerta".
Coloreteparte. Toso.